Dentro de las cubiertas inclinadas, la solución más tradicionalmente empleada ha sido la teja curva o teja árabe.

Se trata de un elemento de cobertura cuya materia prima ha ido evolucionando desde el barro artesanalmente cocido y elaborado a mano, hasta las extraordinarias cerámicas que hoy en día nos podemos encontrar en diferentes fabricantes españoles y que tan buen resultado están dando en el mercado internacional

Su instalación se hacía de forma muy artesanal, ya que consistía en elaborar una cama a base de mampostería y cemento pobre, sobre la cual se colocaba la teja «canal» y posteriormente se utilizaban restos de escombro para apoyar y nivelar la teja «cobija».

Con el paso del tiempo, este mortero muy empobrecido se va convirtiendo en tierra, lo que produce los desprendimientos de las cobijas, los cuales son acelerados por el trabajo incesante que realizan los pájaros intentando mover las tejas para colocar sus nidos de forma lo más protegida posible.

Conociendo el método constructivo, es fácilmente deducible el proceso habitual de aparición de patologías en este tipo de tejados, las cuales son:

– Generalmente, empiezan a aparecer desprendimientos en el emboquillado de la teja en el encuentro de ésta con el elemento de fachada existente. Esto se suele achacar a un envejecimiento de este mortero, sin embargo, el motivo es bien distinto, y no es otro que goteras que tiene el tejado están provocando que dicho mortero se ahueque, ya que el agua busca una natural salida.

El error que comúnmente se comete, es realizar una actuación puntual para el arreglo de dicho vuelo, colocando un nuevo emboquillado. Esto se suele hacer, para evitar los desprendimientos de cascotes a la calle, pero lo que estamos haciendo es agravar el problema de goteras del tejado, ya que el agua que sigue entrando, ahora tiene más dificultosa su salida y provocará otras patologías más graves como el deterioro del elemento soporte. Lo cual si es de obra es grave, pero si es de madera puede ser crítico, ya que es habitual q se produzca un proceso de putrefacción de la madera, implicando graves riesgos estructurales.

– Cuando aparecen filtraciones puntuales en la cubierta, es porque existen ya graves desprendimientos de tejas. Cuando la humedad aparece, con la cama de arena y cascote que tenemos debajo de la teja curva, es que el problema urge arreglarlo ya que con el peso que tiene este tipo de tejado y la entrada de humedad es el cóctel perfecto para que se pueda producir un deterioro estructural de la cubierta.

Por lo tanto en este tipo de tejados hay que tener en cuenta:

1. El que no hayamos detectado manchas de humedad por debajo de la cubierta no quiere decir que no haya entrada de agua bajo las tejas, lo más normal es que lo primero que aparezca sea un desprendimiento del emboquillado del vuelo.

2. Se ha de evitar a toda costa intentar tapar este defecto del emboquillado, porque estaremos provocando un daño mucho mayor (además de que dicho emboquillado se volverá a caer en muy poco tiempo)

3. Cuando aparezcan las temidas humedades por debajo de la cubierta, el tiempo es oro, ya que este tipo de cubiertas tiene un peso aproximado cerca de los 80 kilos por metro cuadrado, y una humedad en un elemento estructural con ese peso provocará un daño que hará que el arreglo sea muchísimo más costoso que la simple sustitución de la cubierta.