No obstante, en un porcentaje elevado de ocasiones, por falta de rigor en dichos estudios y de la correspondiente visita de inspección previa, cuando llega el momento de ejecutar la obra, habiéndose realizado todos los trámites administrativos (redacción del proyecto, solicitud de licencias, redacción del Plan de Seguridad y Salud por parte del contratista), y habiendo incurrido en importantes gastos de tiempo y dinero, nos encontramos con una dificultad añadida que podíamos haber evitado: tenemos que paralizar la obra (o en el mejor de los casos reprogramar las fases previstas y retrasar el inicio), porque han aparecido materiales que contienen amianto (MCA’s).
Aunque lo más común es encontrarnos con cubiertas de fibrocemento, existe una extensa variedad de materiales presentes en las edificaciones en las que van a llevarse a cabo las obras, en la que puede hallarse amianto:
* cubiertas planas e inclinadas, bajantes, colectores, tuberías, canalones, paramentos de fachada, trasdosados y falsos techos (aislamientos térmicos y acústicos), proyectados de estructuras metálicas (protección ignífuga), suelos vinílicos, depósitos de agua, etc.
* también existe una gran variedad de materiales con amianto en instalaciones industriales: calorifugados, aislamientos eléctricos, aislamientos de maquinaria, juntas de presión, etc.